miércoles, 12 de septiembre de 2007

Círculo Cerrado


Santiago de Chile, 12 de Septiembre de 2007.

Un mes después de nuestra partida hacia el sur desde esta ciudad, después de haber recorrido más de 11.200 km en bus, barco, carro o a pie y haber llegado a los confines del mundo, al extremo sur de Sur America: hemos cerrado el círculo y estamos de vuelta en nuestro punto de partida. Lo hemos logrado!

Caminamos entre lagos, ríos, bosques, valles y montañas que nunca se borrarán de nuestra memoria; atrevesamos los Andes; fuimos del Pacífico al Atlántico y del Atlántico al Pacífico; caminamos pueblos y ciudades y abordamos barcos para ver enormes ballenas y glaciares de cerca, para cruzar el Estrecho de Magallanes en par de oportunidades y para navegar entre fiordos patagónicos; esquiamos en el Fin del Mundo y en el corazón de los Andes; pero lo que vimos y vivimos a lo largo de este viaje poco podríamos describirlo en estas líneas. Atrás queda un largo recorrido lleno de momentos, imágenes y vivencias compartidas de dos grandes amigos, muy grandes. Adelante nos esperan muchos otros caminos por andar.

Son las 3 am y en pocas horas estaremos abordando el avión de regreso a Caracas y aunque parezca irónico, despues de tantos días viajando juntos, tomaremos aviones distintos que nos llevarán a un mismo destino.

Pronto publicaremos las fotos y relatos del Cerro Fitz-Roy, ballenas en Pto. Madryn, Bariloche y esquí en San Martin de los Andes y Buenos Aires.

A todos uds. que han disfrutado con nosotros de este viaje y nos han acompañado y seguido paso a paso, les decimos, citando a Cerati, GRACIAS ..... TOTALES.

sábado, 1 de septiembre de 2007

El Chaltén - Cerro Torre

El Lunes 27 nos echamos otro madrugonazo en El Calafate, bárbaro. Con pasaje en mano desde el día anterior, como ya nos hemos acostumbrado a hacer en cada sitio que llegamos y porque tenemos planeado a donde iremos, nos fuimos al pueblo El Chaltén con dos nombres tallados en nuestros cerebros; Torre y Fitz. 4 horas de camino, compartidos entre pavimento y granzón, o ripio como le llaman aquí. No sabíamos mucho que sería de nuestras vidas en este treking de dos días que queríamos hacer, sólo habíamos investigado lo que pudimos en la web y el aussie Johnny Bravo nos había comentado lo que hizo en esta zona, y un par de tips. Lo primero que hicimos al llegar a la entrada del pueblo fue bajarnos del bus obligados a escuchar una charla ecologista de los guardaparques, más un mapita invernal y las instrucciones. Eramos prácticamente los únicos que llevábamos morrales grandes, por lo que sospechamos que nadie tenía intenciones de pasar la noche en la montaña, una vez más nos estábamos empezando a sentir un poco "tour", la chica que daba el sermón rápidamente aclaró que el mapita que nos dieron tenía trazadas sólo las rutas que estaban abiertas al público debido a que más allá había demasiada nieve, hielo y barro. En seguida Migue y yo nos miramos con cara de preocupación, a lo que 10 segundos más tarde oímos a la guardaparques decir que el que se metiera más allá de lo permitido lo haría a su propio riesgo y juicio, y podía si quería pero había que avisar. Alivio. Todo el mundo se montó de nuevo en el bus, nosotros aprovechamos mientras para hablar con la chica, y como era muy pana decidimos bajar los morrales y no llegar hasta el pueblo, esto nos dió chance de aclarar todas las dudas que teníamos para hacer el treking, dejar nuestros datos a los encargados, y hasta la chica quedó entusiasmada con nuestro plan puesto que íbamos a ser los únicos en esas zonas del parque y le pareció muy valiente y ambiciosa la ruta para hacerla en invierno, nos deseó suerte. Ahora si, éramos nosotros de nuevo, a empezar a resolver. El mercado con la comida lo habíamos hecho en el Calafate, así que solo restaba conseguir donde alquilar el equipo de camping. Como nos indicó la guardaparques, buscamos al Sr. Ricardo -el único que rentaba equipo en temporada baja- en su tienda, no estaba. Luego en su casa, los perros de la gente del pueblo y hasta los del Sr. Ricardo nos tenían locos, incluso uno le tiró a morder a Migue "ique" jugando. El Sr. nos dijo que iba saliendo, y sólo nos podía atender dentro de una hora. Decidimos ir a almorzar mientras, el sitio se llamaba Rancho Grande, optamos por pasta para así saturarnos de carbohidratos y caminar mejor. A la 1:30pm fuimos por el equipo, esta vez directo en la tienda, nos tomó media hora alistarnos y hasta nos dieron unos sacos de dormir nuevos que aguantaban hasta -10 grados, lástima que eran talla M. Ya se hacía tarde, y teníamos 3 horas de treking en ascenso por los valles del lado Torre del parque, tratamos de empezar a caminar rápido pero no pudimos, la digestión todavía estaba en proceso y no queríamos regresar al episodio rojo bologna del barco Navimag en Chile. Después de una hora caminando nos encontramos a un par de españoles, muy majos, ya venían bajando de su caminata ida y vuelta, nos desearon mucho disfrute y ellos fueron los últimos dos seres humanos que vimos hasta el día siguiente. Allí, después del mirador Torre empezó el sendero off-season, lo rudo pues. Era una combinación de patinaje sobre hielo en botas de treking con snowboard en barro suave, semi y super-congelado. Los valles casi todos planos, y luego pendientes de todo tipo que hacían algo complicado el patinaje, sobretodo en subida. Por ratos nuestra diversión pasó a hacer conversar mientras patinábamos y rompíamos lajas y lajas de hielo, de diferentes espesores. Migue con las botas semi-rígidas que tiene hacía pedazos cada caminito enhielado, lo apodé Shackleton y nos reíamos cada vez más de los deslizamientos y respectiva carcajada cuando el otro se caía. Ese día y a pesar del lento avance en hielo nos acercamos bastante a los tiempos estimados que aparecían en los mapas que teníamos, siempre unos 10 o 5 minutos por debajo de lo que decía. Estimábamos estar en el campamento De Agostini cerca de las 5pm, y con el pasar de cada minuto y cada hora el paisaje solo mejoraba, tanto la belleza natural como el clima. Poco a poco el macizo del torre empezó a despejarse, hasta que empezamos a avistar su base de piedra, nos emocionamos mucho y comentábamos lo muy afortunados que éramos de estar allí y poder ver algo a esas horas de la tarde, y en unos días que no pintaban tan buenos por los pronósticos de internet. Fue una caminata relajada y muy placentera, si dejamos de un lado lo incómodo del transitar en hielo sin crampones, claro que más tarde nos aguardaba una gran recompensa y que caería muy de sorpresa. Ya eran casi las 5 y no llegábamos a De Agostini, solo veíamos una gran morrena que parecía tener la laguna Torre del otro lado, solo hacía falta subirla y experimentar esa extraña pero fascinante sensación de subir una colina mientras observas su tope -o donde no hay más pendiente- y no sabes que viene luego, solo quieres subir y subir sin importar el cansancio para saber que hay en ese más allá, los que han hecho montaña saben de que hablo! Subí, y Migue quiso quedarse abajo para hacer unas fotos tipo postal, el tiempo mejoraba y mejoraba, poco a poco el Torre se hacía más amigable, iba perdiendo su timidez, su parte central ya se desvestía quedando solo la última tercera sección, la vertiginosa cumbre. Luego de las fotos Migue subió y vió que yo estaba mudo, y un poco autista, en microsegundos él se unió al feeling. No pudimos expresar un solo fonema por minutos, solo contemplábamos la inmensidad del Cerro Torre en todo su esplendor y muy cercano darle fin a su pudor. La laguna Torre lucía imponente, blanca y congelada casi por completo, el silencio lo era todo. Empezamos a buscar una explanada donde acampar, hasta que nos encontramos con el río azul que salía de la laguna y por encima un par de tirolíneas para cruzarlo, pero se necesitaba arnés y equipo de escalada. Tuvimos que buscar el punto con más rocas a lo ancho del río y cruzarlo a fuerza de saltos acróbatas, agradecíamos a dios por tener piernas largas. Procuramos ubicarnos en primera fila y frente a la laguna porque queríamos disfrutar de una función que por la tendencia prometía ser memorable, y acampamos en el lugar más expuesto en línea de vista -laguna y macizo Torre- y también en línea viento. Cuando llegamos la brisa era muy ligera, nos dió chance de colocar la carpa con calma, sacar todos los implementos de cocina, sacos oliendo a nuevo, muy relajado todo. El telón se abrió, y allí nos cayó del cielo ese regalo, la introvertida cumbre ante nuestros ojos! el catire brillando un poco más arriba y un set de nubes que se alineaban sincronizadas para matizar el atardecer que venía. Las próximas dos horas no hicimos más nada que mirar y admirar, se fue el hambre, lo único que medio hice fue poner a calentar el agua para la pasta en una cocinilla que luego nos enteraríamos que estaba averiada. La sesión de fotos duró más de dos horas, las imágenes solo pueden ser descritas por los píxeles, y cuando el sol se ocultó y el Torre mostró sus mil facetas, apareció detrás de nosotros la luna llena, brillando e iluminando como si estuviésemos en un estadio con reflectores. Llegó un punto en que solo nos reíamos de lo que pasaba, no lo creíamos, y para nosotros solos. a eso de las 8:30pm el viento cobró vida y empezó a envestir contra la carpa, horizontalizándola. Migue que sabe mucho del tema me comentó que las ráfagas tenían mínimo entre 80 y 90km/h, el windchill se activó y cuando ya el dedo índice no dió para hacer más fotos me refugié en arrugada carpa y directo al saco de dormir. Les cuento que el agua nunca hirvió, solo llegó a estar medio tibia y me arriesgué a intentar lograr una cocción de la pasta exponiéndola más tiempo, solo logré un wafle masacotudo el cual probé y no me sentí nada orgulloso, migue medio lo olió y dijo que tenía acidez y con agua estaba bien. Me tuve que conformar con un sandwich de queso y salchichón, la pasta la dejé congelando afuera, quizá cuajaría y tendría gelatina para desayuno. La noche se tradujo en soportar un tornado muy fuerte, la carpa sonaba demasiado y la teníamos en nuestras narices, patagonia se hacía sentir. A ratos calmaba, pero a los 3 minutos continuaba, a la mañana siguiente comentábamos que habíamos pagado caro el estar en primera fila, pero que había valido la pena! nos costó un mundo salir, desmontar campamento e irnos a otro lado a desayunar cereal con leche tibia. Cruzamos el río de vuelta, y luego de 10 minutos llegamos a De Agostini, el campamento resguardado del viento en el que supuestamente pasaríamos la noche, pero sin vista al Torre. Contentos, satisfechos y algo mal alimentados nos encaminamos al sendero Fitz Roy.

viernes, 31 de agosto de 2007

Glaciar Perito Moreno

A las 4am del sábado 25 nos levantamos -Ushuaia, Hostal Aonikenk- luego de hacer los morrales caminamos como 7 cuadras con ese frío polar, hasta que vimos el bus, lo abordamos y a las 5:20am nos encaminamos hacia Rio Gallegos, viaje diurno que duraría más de 12 horas y en el cual cruzaríamos 4 fronteras (4 bajadas del bus con pasaporte en mano). El viaje se hizo un poco más largo de lo estipulado puesto que al llegar a Punta Delgada (cruce en barca del Estrecho de Magallanes) nos encontramos con condiciones climáticas totalmente adversas; vientos de al menos 50 km/h que hacían poner el estrecho muy picado y se encontraba suspendido el paso de los vehículos. El chofer nos advirtió que esta situación podía extenderse hasta por 6 horas, y en el mejor de los casos había que esperar alrededor de una hora. Al cabo de dos horas y media la fuerte brisa mermó y cruzamos, menos mal que tenía un libro a la mano, estuve leyéndolo todo el rato y ni salí del bus, avancé muchísimo.
Finalmente llegamos a Río Gallegos, una ciudad poco atractiva donde todo parece estar sucio y en construcción. Allí estuvimos haciendo escala por una horas hasta tomar el segundo bus del día hasta El Calafate, llegamos a media noche y al bajar de la unidad habían unos 3 personas con carteles de publicidad de hostels del pueblo, como de costumbre nos fuimos para el mas bbb, se llamaba el "Hostal de Las Manos". La que nos atendió resultó ser una rusa llamada Li, sin mucho acento de extranjera. Más tarde descubrimos que era escaladora en roca, tenía viviendo unos 6 años en Argentina y que su padre era científico glaciólogo, muy pana la rusa. Acordamos quedarnos un par de noches allí, cuadramos de una vez el bus turístico hasta Perito Moreno (80 kms, 80 pesos), y una tercera noche regateada para cuando regresaramos de El Chaltén. Nos costó levantarnos, pero a las 9am nos recogió en el hostal el bus, y en 15 minutos ya se encontraba lleno de turistas de todas partes del mundo. Este ha sido el tramo más "tour" de todo nuestro viaje, imagínense la foto, la guía porteña con un micrófono hablando todo el camino sobre la historia del lugar, la naturaleza, la fauna, y todo el mundo tomando fotos como japonesitos locos, fue chévere, pero al mismo tiempo Migue y yo sabíamos que era el primer y último tour japonesiño del viaje sur 2007.
Al cabo de 80kms, y luego de bordear todo el lago Argentino (tercero más grande de Suramérica) llegamos al increíble comienzo del Campo de Hielo Sur, cercano a la casa de supermán. Lo primero que hicimos fue comprar el ticket del catamarán que nos daría el paseo acuático frente a estas inmensas paredes de hielo azul y blanco, con capacidad para unas 150 personas. La embarcación iba ful, y al entrar casi que ni nos sentamos, sólo atisbábamos minuciosamente la gran pared helada de 5km de largo, y de hasta 80m de alto. Se oían estruendos al estilo tormenta eléctrica, ese rugir de la naturaleza me evocó a los momentos vividos aquel día que llegamos a Pichilemu y donde cegados por la penumbra, nos dejamos arropar por el intimidente sonido de las olas de La Puntilla. A pesar del gentío -y eso que era temporada baja- tratábamos de no perder la concentración mientras observábamos, a lo que repentinamente vimos muy lejos un buen bloque de hielo desprenderse con violencia, gritamos! El choque de agua con agua en sus dos estados creó un tsunami que a juzgar por la distancia a la que estábamos tenía que ser inmenso, nos dejó sin habla por unos instantes, luego solo comentábamos el suceso. Unos 4 o 5 segundos más tarde el ruido llegó al catamarán, cosa que hizo que todo el mundo volteara tratando de ubicar alguna perturbación en el paisaje. Esta situación se siguió repitiendo, pero en mucho menor escala. Incluso luego de que zarpamos, Migue y yo solo ligábamos el mega tsunami de nuevo, y así poder ver esos témpanos deslizándose por el agua como tablas de surf, pero no volvió a pasar ese día. El capitán de la embarcación nos acercó hasta unos 300 metros del glaciar, y allí nos dimos cuenta que la perspectiva se perdía por completo, no podíamos creer que teníamos a un edificio blanco de más de 20 pisos en frente, sentíamos que eran 20 metros, no 300. Nos tocó un clima muy húmedo, siempre lloviendo, pero siempre con una buena vista de la 8va marivilla del mundo, como la llaman los argentiiinos. Después de navegar, el tour nos llevó al mirador principal y todos sus balcones correspondientes, allí estuvimos casi dos horas, almorzamos nuestro respectivo sandwich de milanesa con jamón y queso, conocimos a Stefano -un argentino que vive en Maracaibo- y le caímos a fotos químicas y digitales al gran macizo "Roraima Blanco", como lo denominó Migue cuando lo vió desde muy cerca. Gran día, un espectáculo, fascinación, respeto.

jueves, 30 de agosto de 2007

Ushuaia, Fin del Mundo

Ushuaia (pronunciado [u´swa.ja]) es una ciudad argentina, capital de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Se la conoce como "La ciudad del Fin del Mundo", por ser la ciudad más austral del planeta. El nombre de la ciudad proviene de las voces indígenas yámanas: ush (al fondo, o al poniente) y wuaia (bahía o caleta).

Después de tremenda caminata, con las piernas y pies todavía adoloridos, continuamos con nuestro viaje rumbo al sur. Próximo destino: la ciudad más austral del mundo, el último centro poblado urbano, donde se acaban todas las carreteras, en la Isla Grande de Tierra del Fuego..... Ushuaia.

Desde Puerto Natales no encontramos pasaje de bus para el día siguiente que fuera a Ushuaia. Decidimos irnos a Punta Arenas y avanzar más hacia el sur a una ciudad más grande y nuestra última ciudad en Chile antes de cruzar la frontera en Tierra del Fuego, (Ushuaia queda en Argentina). Al llegar a Punta Arenas el próximo bus a Ushuaia era al día siguiente, por lo que visitamos la ciudad y nos nevó casi toda la tarde. Lo ideal era viajar en bus de noche pero este tramo solo se podía hacer de día ya que había un cruce en chalana del Estrecho de Magallanes y además había que pasar por dos controles de aduanas en la frontera con Argentina.

El viaje de Punta Arenas hasta Ushuaia fue de 12 horas más unas cuantas horas más que estuvimos en Río Gallegos haciendo cambio de Bus. Finalmente a eso de las 10 pm (hora Argentina) llegamos a destino. Nos sorprendió lo grande y bonita que era la ciudad, muy desarrollada y los Ushuaienses súper amables. Es un destino turístico muy conocido con un gran aeropuerto y puerto. Tiene hasta un centro de ski, Cerro Castor, a pocos kilómetros que ha atraído aún más turistas. Esta ciudad queda en el sur oeste de la isla Tierra del Fuego a orillas del Canal Beagle a tan solo 1.000 Km de la Antártica y a 3.600 Km de Buenos Aires. Es el puerto más cercano a la Antártica y en la latitud 54º

La mañana siguiente nos despertamos tal cual navidad de película, con todo nevado y con copos de nieve que seguían cayendo. Pero en esta ciudad nevaba horizontalmente, el viento de la patagonia se hacía valer! Ushuaia a sus espaldas tiene montañas nevadas con glaciares perpetuos y la mezcla de las montañas con la bahía y la ciudad parte en la montaña y parte en la bahía hacen que sea un lugar espectacular. Ese día subimos al Glaciar Martial que queda a 10 minutos en carro y ahí van algunas personas a esquiar, muy pequeño pero con la vista de la ciudad, de la bahía y de las montañas detrás del Canal Beagle.

Tuvimos la suerte que esa misma semana se celebraba el primer festival de cine de montaña de Ushuaia y por supuesto no nos lo podíamos perder y esa noche fuimos a ver películas sobre escalada, andinismo, ski y snowboard y quedamos enfiebrados con ganas de adrenalina. Lo bueno es que al día siguiente teníamos planeado ir a esquiar a Cerro Castor!

El viernes 24 de agosto en nuestro segundo día en Fin del Mundo, nos levantamos bien temprano y nos fuimos a esquiar. El dueño del centro de ski Cerro Castor, está casado con una venezolana y como todo el mundo se conoce en Caracas… era la prima de un buen amigo. Nos atendió súper bien y la esquiada y el alquiler del equipo fueron cortesías! Había mucho viento y las sillas de la parte de arriba de la montaña estaban cerradas pero lo disfrutamos un montón. Esquiando en el Fin del Mundo y a una altitud de apenas 700 metros sobre el nivel del mar! Volvimos a Ushuaia y fuimos a un restaurante de carnes “tenedor libre” (todo lo que podías comer) y habiendo comido a penas unas empanadas en la mañana…..tremenda papa que nos echamos! No podíamos ni caminar esas calles tan empinadas hasta el hostal de regreso.

Hasta aquí todo el viaje había sido rumbo al sur y en este punto, después de 2 semanas de viaje y más de 5.000 km recorridos por mar y por tierra, dábamos media vuelta para comenzar el regreso por el lado argentino con rumbo norte. Contentos, con barriga llena y habiendo concluido nuestra primera etapa del viaje y habiendo llegado a nuestro objetivo, Ushuaia, nos fuimos a dormir después de tomarnos una foto en el punto más al sur que llegamos, un letrero a la orilla del mar que decía Ushuaia – Fin del Mundo.

lunes, 20 de agosto de 2007

Torres del Paine

Parque Nacional Torres del Paine, solo escuchar ese nombre me trae viejos y no tan viejos recuerdos cuando veía fotos de este lugar tan increiblemente hermoso y aquí estábamos ahora viviendo el sueño, en Puerto Natales viendo un mapa del parque y planificando nuestro ansiado trek entre lagos, torres y valles.

Después de bajarnos del barco y encontrar una posada decidimos hacer una caminata de 2 noches y 3 dias por las Torres del Paine, saliendo al día siguiente. Cuadramos transporte y alquiler del equipo de camping que nos hacía falta y nos fuimos a comprar la comida.

A las 8 am del Viernes 17 de Agosto nos vino a buscar una van que nos llevó hasta las puertas del parque, unas 2 horas de camino. El día estaba completamente despejado, con un sol radiante y la bienvenida a ese emblemático lugar fue con una mágica vista del Cerro Paine Grande, los Cuernos y las Torres del Paine reflejados sobre la laguna. El reporte del clima pronosticaba cielo nublado para ese día y vaya sorpresa que nos llevamos. Nos preguntábamos si los siguientes días tendríamos la suerte de que fueran iguales o caminaríamos bajo lluvia, granizo y fuertes vientos como lo pronosticaban en internet.

A la entrada del parque una guardaparques nos dijo lo mucho que valía la pena en caminar hasta la base de las Torres y pasar una noche más ahí y lo increíble que era el recorrido completo de la "W" (por la forma del camino en el mapa) que atravesaba todo el parque. Lo pensamos y con sonrisa de emoción y más contentos que niñito en Disney World, nos vimos a las caras y nos dijimos "Entregados"!!

Hacer la W implicaba caminar más 70 km y pasar por lo menos 4 noches acampando. Sabíamos que el clima patagónico en temporada de invierno suele ser muy duro, pero lo que más nos preocupaba es que sólo habíamos comprado comida para 3 dias y no para 5 como ahora habíamos decidido. En esta época los refugios estaban todos cerrados, excepto uno donde no habría comida, pero bueno, nos fuimos igual, entregados!

Con nosotros en la van iban varios ingleses y un australiano que pensaba hacer tambien la W y planeaba quedarse 5 noches acampando. Se llamaba Johnny y comenzamos a caminar con él habiendo decidido tener el mismo itinerario. El mapa y los caminos estaban muy bien señalizados con tiempos aproximados y distancias. El primer campamento estaba a 2 horas según el mapa y caminando cuesta arriba con el camino la mayor parte nevado, llegamos en 1:30. Montamos campamento (primera vez que Daniel acampaba sobre nieve!) y seguimos hacia la base de las Torres del Paine con un paisaje que nuestros ojos no podían creer y el cielo completamente azul. Caminamos entre ríos y cascadas congeladas, bosques que parecían encantados y siempre con un manto de nieve que lo cubría todo. El camino cada vez se hacía mas empinado y más rocoso hasta que la arista por la que caminábamos se acabó y a nuestros pies estaba una grandísima laguna blanca congelada a los pies de las tres grandes Torres del Paine.

Despues de disfrutar de una de las vistas más grandiosas e impresionantes y las fotos de rigor (tan extasiados que estábamos que casi se nos olvida tomar fotos!) comenzamos a bajar cuando el sol se ocultó tras las montañas a las 3:30 pm. Hora y media más tarde estábamos de regreso en el campamento.

Esa noche nos congelamos del frío. El termómetro no marcaba tanto pero no se si era la humedad o que otra cosa pero dormimos muy mal. Al día siguiente nos despertamos muy tarde y a penas comenzamos a caminar a las 12:00 pm. El recorrido era desde el Campamento Chileno, en la base de las torres, hasta el Campamento los Cuernos en la base de los Cuernos del Paine y de ahí hasta el Campamento Italiano en el valle francés, entre los cuernos y el Cerro Paine Grande. Según el mapa y los letreros del camino eran 5 horas hasta el primer campamento y 2,5 hasta el segundo, un total de 18 km.

Después de 4 horas de camino llegamos a los Cuernos y viendo que se hacía tarde y el clima estaba cada vez peor, decidimos acampar ahi en lugar de seguir hasta el Italiano. Johnny, el australiano se despertó y comenzó a caminar antes y cuando llegamos ahi vimos que había seguido hasta el segundo campamento. Ya para ese momento pensabamos en como racionar la poca comida que teníamos y no sabíamos si volveríamos a ver a Johnny que no nos dejaría morir de hambre, pero el frío y el kilometraje que llevabamos hacía gigante el apetito. En dos días a penas habiamos visto unas 4 personas en el camino y ninguna llevaba morral por lo que imaginábamos que solo hacían caminatas por el día.

Esa noche no hizo tanto frío pero el viento en la mañana nos advirtió un poco del clima que nos tocaría ese día. Acampamos a la orilla del Lago Nordenskojld y el comienzo de la caminata fue bordeando este lago que se convirtió en un mar picado de tanto viento que hacía. Ese día fue el de peor clima, muy nubado, mucho viento, lluvia y después granizo lo que al final resultaba en muuuuucho frío! Cuando empezó a granizar las rafagas de viento hacían que te doliera la cabeza de tanto frío. Daniel iba caminando constantemente con los pies mojados y fríos. Sus botas con la tecnología "bolsa-tex" que había implementado el día anterior, no funcionaba muy bien, las mías "gore-tex" fueron la bendición.

Caminamos subidas y bajadas por la orilla del lago, a veces por playas con nieve, siempre a la sombra de estos gigantescos cuernos con paredes de roca de mas de 1000 metros de alto. Después de 2 horas llegamos al Campamento Italiano a la entrada del Valle Francés que separa el Cerro Paine Grande de Los Cuernos. Ahí vimos la carpa de Johnny y a pesar del mal clima y tanto frío, vimos que decidió hacer el recorrido del valle aunque no se viera nada. Desde ese momento lo apodamos Johnny Bravo. Esa parte de la W nosotros la omitimos ya que eran más de 7 horas ida y vuelta y con ese frío ni de vai....


Después de una corta parada para no enfriarnos mucho, cruzamos el Río Francés y seguimos nuestra caminata con viento en contra hasta el Refugio del Paine Grande. Al llegar ahí despues de unos 13 Km y 4 horas, estábamos muertos de hambre y con mucho frío. Ahí era el único lugar donde el refugio estaba abierto, pero 10.000 pesos sonaba mucho por una cama sin calefaccion, así que encontramos una cabaña abandonada y abierta donde nos quedamos.

Los vientos no dejaron de soplar fuertemente durante toda la noche pero vimos que el cielo estaba despejado y teníamos esperanzas que al día siguiente estuviese igual. Lamentablemente a la mañana siguiente el cielo estaba gris y llovía un poco. Viendo la comida que nos quedaba (solo un poco de leche y unas sopitas chinas), el frío de Daniel en los pies y el clima que no dejaba ver mucho, decidimos regresar ese día a la carretera para tomar el transporte de vuelta a Puerto Natales sin hacer la última parte de la W el camino hacia el Glaciar Grey.

Esa ultima caminata fue de 18 Km y la hicimos en tiempo record de 3 horas 40 min y las Torres del Paine se despidieron de nosotros apareciendo entre las nubes para brindarnos una bonita vista después de haber cruzado el parque de este a oeste.

Puerto Montt - Puerto Natales

El lunes 13 nos levantamos temprano y nos fuimos a Puerto Montt en un colectivo, quedaba a unos 20 minutos. El barco salía a las 4:30pm, y había que chequear equipaje antes de las 12, llegamos a tiempo y nos pusimos a recorrer un poco el pueblo en busca de nuevas imágenes para los ojos. El día estaba demasiado luminoso y azul, así que cargué la Canon con un 35mm a color, me encabiné con audífonos y ipod y me dispuse a hacer fotos de los botes pesqueros, el puerto, las gaviotas y cualquier cosa buena que se atravesase. Mientras yo me relajaba, Migue buscaba donde hacer #2 y otros menesteres hasta que nos volvimos a encontrar. Desde allí donde me senté se podía apreciar el gran buque llamado Puerto Edén, animalón de colores rojo y blanco que abordaríamos para adentrarnos en aguas heladas y desconocidas para nosotros. De sólo verlo ya daba escalofrío, nos aguardaban más de 1600 Kms marinos y 4 días de navegación. Teníamos hasta las 2:30 para buscar un sitio bbb y comer, así lo hicimos. Por supuesto que primiero hicimos el respectivo mercadito de monchis de emergencia para el viaje y luego nos fuimos directo a la zona de Angelmo, donde se come mariscos y pescado como dios manda. Al llegar nos acosaron diversas personas, ofreciéndonos toda clase de ofertas y entradas por la casa, al final nos decidimos por el único sitio en el que se podía pagar con tarjeta y a su vez nos sacudimos un poco a los locales con una justa excusa. Nos dimos banquete, abrimos con Centollas (cangrejo gigante) a la mayonesa, y luego cada uno se pidió un salmón bien rosado y jugoso, muy típico de la zona, yo lo pedí frito y Migue a la mantequilla. El deleite paladarístico no fue normal, hasta brindamos por el viaje, rayamos la tarjeta con todo y propina y nos fuimos con corazón contento.
Al abordar el buque nos dimos cuenta que venía junto a nosotros más gente de la que pensábamos, prácticamente no habían chilenos a excepción de la tripulación, de hecho más tarde en el viaje nos pusimos a contar las nacionalidades y creo que llegamos a 11. Unas 60 personas en total, el Puerto Edén tiene capacidadad para 187 así que íbamos bastante holgados, de hecho nosotros pagamos la tarifa de una habitación cuádruple clase A (es decir, teníamos que dormir con dos personas más) y al entrar a los camarotes nos dimos cuenta de que estabamos solos! par de literas para nosotros, una gran ventana hacia el mar y lo más importante, una pequeña calefacción. Terminamos zarpando como a las 5:30pm y mientras migue dormía un rato me fui a obsrvar la maniobra desde la cubierta, ya hacía demasiado frío y viento. Sabroso. Esa noche tuvimos la primera comida del viaje, un pescado con arroz bastante normales comparado con lo que sería el menú de los días subsiguientes. La estadía fue muy pacífica, dormimos como reyes y al día siguiente desayuno servidito a las 8:30, que vida tan dura. Básicamente no hay mucho que contar de estos días, fueron una vagancia extrema que se traducía en comer, dormir, ver documentales, ver películas, socializar, #1, #2, bañarse con agua muy caliente, leer y hacer mil fotos siempre que hubiese buen clima. El clima lluvioso y ventisco se hizo notar en los primeros dos días, así que no salíamos mucho..sólo de vez en cuando me subía a la cubierta, me abría el rompe viento y me ponía a jugar con los vientos de al menos 100 km/h simulando un wingsuit y dejándome suspender en el borde de una escalera como si levitara, luego en lo que dejaba de sentir algún dedo me devolvía a por un café o un té muy caliente. El ambiente que teníamos dentro del camarote era demasiado acogedor, de verdad sólo provocaba leer arropado con la luz de la lamparita, mientras sonaba Dave Matthews en los audífonos que colmaban el diminuto recinto de un sonido bastante potente para no ser altavoces. En la zona de entretenimiento vimos películas que nos seguían inspirando demasiado como mochileros en el sur, tales como Diarios de Motocicleta y Mi Mejor Enemigo (chilena), las comidas se fueron poniendo cada vez mejores hasta que llegó la malvada segunda noche.
La ruta que dibujaba el navío en el mapa casi siempre se encontraba rodeada de canales patagónicos y por tanto de aguas poco turbulentas, no obstante tenía un paso muy importante en mar abierto en la tarde del segundo día (ver a la izquierda del punto 6 en el mapa). Este paso se vió retrasado por un pequeño incidente, un tripulante de la cocina se cayó por una de las escaleras y quedó semi-inconsciente por lo que el Puerto Edén dió vuelta 180 grados y estuvo navegando de regreso por mas de dos horas hasta que llegó una patrulla y se llevó al malherido. El retraso total se tradujo en unas 5 horas, por lo que la entrada en mar abierto se esparaba para las 11pm. Cenamos una pasta bologna increíble, y nos pusimos a ver "Obsesión" en el cine flotante. La peli terminó a las 10:40pm y los últimos 10 minutos pasaron a ser un "cine fluctuante", di aquí-pa llá-di allá-pa cá, pure chinchorro style. Jamaqueo indetenible y alucinógeno, monótono incremental en amplitud, y con cada vez más armónicos e interferencias en su fase modulante (cualquier duda consultar con blog.desvirgator). En cristiano, se acuerdan del sube-y-baja de la infancia? a bueno.. así pero durísimo. Rápidamente consulté con el panita que ponía la música y las películas y me dijo que eso duraría hasta la mañana y solo iba a empeorar, el oleaje estaba castigador. Yo dándomelas del duro, acepté un trago de vodka de Ed, un irlandés que tenía a mi lado y mientras brindaba con muchos europeos, malabareando para no botar el trago, ví que Migue estaba sentado en un mueble, con la mano en la frente y con cara pálida. Me dije, oh-ohh el mostrico verde del mareo llegó. Acto seguido, /Joe, tas bien?/-pásame una bolsa porfa-/ok/-pásame otra porsia-/voy/, en eso recordaba para mis adentros que Migue me había dicho que por lo general él no sentía nunca mareos en un barco, al contrario al estar en tierra sentía que se le movían las cosas por uno o dos días, al tratar de darle la segunda bolsa Migue arremetió contra la primera y allí estuvo castigándola con wafle hasta que sacó todo aquel rojo bologna, metí esa bolsa dentro de la otra y la fui a botar, allí me contagié un poco con las ganas. Le proveí de agua y al rato se fue a dormir. El movimiento no cesaba, y ya las cosas se comenzaban a caer, todo el mundo comenzó a vomitar y se empezaban a retirar a sus camarotes. Allí me quedé hablando con los europeos hasta que no aguanté más y empecé a admitir que me estaba sintiendo un poco mal, ellos me animaban y me decían que pasaría. Y así fue, afortunadamente solo empecé a eructar y luego el malestar se fue, me fui a dormir y luego de unas dos horas más de jamaqueo concilié sueño. Después de la tormenta, vino la calma.. al día siguiente me paré y desayuné, Migue seguía dead, ya para el almuerzo estaba repuesto.
La llegada a Puerto Natales fue apoteósica, el día más azul que hasta ahora habíamos visto, paisajes que solo pueden ser descritos con las fotos, estuvimos al menos unas 3 horas en cubierta dando vueltas y buscando los mejores ángulos para ambas cámaras, el disfrute era infinito.

jueves, 16 de agosto de 2007

A salvo en Puerto Natales

Hola Bloggers! este corto mensaje es para reportarnos..estamos a salvo en la Patagonia, ni llegamos a sentir algo del terremoto en Perú y nos enteramos al bajar del barco. Por otro lado, el oleaje en el tramo de mar abierto estuvo bien rudo pero sobrevivimos al mareo. Aqui el internet es un poco caro, así que escribiremos mas detalles luego + las fotos. Mañana nos vamos muy temprano a trekear en el Parque Nacional Torres del Paine, deséenos suerte con el clima. Por ahora les dejo este artículo para que se entretegan con algunas fotos criollas:

http://coleccionables.eluniversal.com/cuadernos.shtml
http://coleccionables.eluniversal.com/frecuentes_cuadernos.shtml

Mis fotos están en el 4to y 12vo cuaderno, guárdenme un par de recuerdo!

abrazos a -3

Daniel y Migue