martes, 7 de agosto de 2007

Pichilemu, Punta de Lobos

Siguiendo con nuestro viaje al Sur, el domingo 5 de Agosto a las 8 pm tomamos el bus desde Santiago que nos llevaría al pueblo costero de Pichilemu. Ahí nos prometían encontrar una de las mejores olas de la costa chilena, especialmente las de la famosa Punta de Lobos. Tres horas de camino y cerca de la media noche nos encontrábamos caminando en las calles de un pueblo fantasma, donde no había gente en las casas y ni un alma en las calles. Solo se escuchaba un fuerte rugir a lo lejos que parecían aviones despegando de un aeropuerto. Pero no, eran olas y el sonido era impresionante. La frase de la noche fue: Chaaaamo, pero eso es un maremoto!! No habíamos visto todavía las olas de Pichilemu y ya nos estaban intimidando. Luego de una caminata por las calles desoladas y obscuras llegamos al hotel que nos habían recomendado desde antes, Hotel Chile España.

A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para salir a ver lo que la noche antes tanto nos había intimidado. Las olas se veían a lo lejos y se veían grandes. Nos dijeron que el sonido a veces es aún más fuerte. El día estaba completamente despejado y a pesar del sol, hacía una temperatura de no más de 10 grados °C.

Un diminuto desayuno que nos ofrecieron en el hotel y nos fuimos en busca de las olas. Paramos en la Escuela de Surf Lobos del Pacífico y su dueño Nacho nos proporcionó de todos los implementos para nuestra zambullida en las frías aguas del Pacífico: Wet suit, guantes, botines y par de tablas Longboard!

Nuestro primer objetivo fueron las olas de La Puntilla, la playa justo en frente del pueblo de Pichilemu. Era lunes en la mañana y no había ni una persona en el agua. Seguimos las indicaciones y en unos minutos estábamos dos venezolanos locos nadando hacia olas de 2 y 3 metros. Al principio el agua no se sentía tan fría con la ayuda del traje, pero en lo que pasó la primera ola sobre nosotros y hundimos la cabeza, ajaaaa, ahí nos despertamos y nos dimos cuenta de donde estábamos metidos!!

Remar con el wetsuit y los guantes se hacía más pesado pero logramos pasar el rompiente y nos felicitamos mutuamente. Todavía no estábamos muy decididos con esas olas que nos intimidaban pero después de unos minutos de descanso vi como Daniel le remaba a una ola y en unos segundos lo vi parado, luego desapareció detrás del viento del off-shore de la ola. Un grito de Daniel de alegría y euforia de haber surfeado la primera ola en Chile me animó a que yo le remara a una ola. Después de un par de intentos fallidos, que por respeto a ese mar yo mismo dejé de remar, agarré una ola y cuando ya no había vuelta atrás, me dije: "En que peo me he metido yo, agarrando una ola que mide más que yo?" Mi experiencia en el surf se limitaba a un par de veces en Chaguarama en la Península de Paria y en Cuyagua. Lo lógico no era que un novato como yo estuviera metido en estas aguas con estas olas. Le remé a esa ola y de repente, estaba parado sobre la tabla. Fueron pocos segundos que para mí duraron una eternidad, y no se por que, después de estar parado allí, me lancé hacia un lado.

Después de surfear una ola me sentí con ganas de ir un busca de otras más. Volver a entrar remando desde ahí era imposible y la estrategia recomendada por todos era salir a la arena y caminar de nuevo hacia un lado de la playa y entrar por el mismo lugar del principio. Así lo hicimos unas 4 veces ese día, incluyendo una vez en la que Daniel se le soltó la tabla y entramos a buscarla después que un local la encontró cerca de las rocas.

Fue un día para nunca olvidar y después de un merecido plato de pescado y camarones, disfrutamos del atardecer sobre las olas.

Daniel: esa noche hizo infinito frio dentro de la habitación, hasta 7 grados, lo curioso del asunto es que duermes caliente porque tienes una sábana eléctrica que calienta toda la cama! pero que ni se nos ocurra sacar una mano o la cabeza. Al día siguiente de nuevo el desayuno microscópico, y muy temprano salí a chequear las olas desde la calle del hotel, mmm se veía como "grandecito" y "alineado", pero ni modo así es mejor no? al instante me encontré con el argentino Santiago y pues me convenció rápidamente de que fueramos a Punta de Lobos, un spot que no podíamos dejar pasar estando entre estas aguas Pichilemunenses. Le comenté a Migue y nos animamos, sin mucha idea del calibre de lo que nos esperaba. Desalojamos la nevera de habitación que nos tocó, dejamos el morral grande en custodia y nos fuimos a q'Nachis a buscar el equipo completo. De nuevo los grandes mini-longboards 8.5 y 9 y esta vez si que no se nos olvidó incluir en el gear el gorro de neopreno, para no dejar congelar los pensamientos mientras te arrastra un espumón blanco. Mientras íbamos por el equipo anti hielo Santiago cuadraba el taxi que nos llevaría 6km al sur (punto más al sur que hasta ahora hemos pisado) hacia la grotesca Punta de Lobos. Al llegar mi impresión fue la de estar en un paraíso templado, lleno de gramita, cactus, cabañas, acantilados y unas olas tan largas y alineadas como nunca las había visto en mi vida, bajamos todo el equipo a la grama y no pasaron más de 3 minutos para que Santiago gritara.."miráaa, pero que masita la que se viene allá atrás! esa no baja de cinco meeeetros, menos mal que la vimos desde acá arriba para así estar atentos cuando nos metamos eh muchachos?" a lo que nosotros respondimos con miradas mudas y algo aterradas.. "si, hay que tar pilas mi pana". Estábamos a unos 400 metros del point y ya la intimidación de la madre naturaleza se hacía sentir, y en lo que vi al argentino poniéndose el wetsuit decidí hacerlo también para pegarme a él y ver como entraba. Le dije a Migue que se quedara esta primera vuelta y viera si podía hacerme una foto, cero objeciones. Seguidamente me fui con Santiago hacia la zona del morro (ver foto) y destrepamos por entre las piedras del acantilado mas cercano a la punta de la playa. Santiago me iba explicando más o menos en el camino como teníamos que meternos al agua, mencionó tener cuidado con los sets de olas grandes, las rocas al subirse al morro, el río turbulento que se forma entre el acantilado y el morro y que había que cruzar remando, y luego la parte norte del morro donde rompían los endemoniados sets de 4 y 5 metros produciendo marejadas que podía tumbarte y arrastrarte hacia el farallón que estaba atrás. En un istante se largó, y lo vi entrar. Me quedé solo y decidí entrarle por el río, me dejé llevar y salí al mar pero un poco abajo y en zona de muchos espumones, al minuto vi ante mis ojos al Santiago montado en una masa de mas de 4 metros, un espectáculo. Intenté agarrar una ola pero fue muy difícil, cansado de remar me dejé llevar por la corriente hasta salir por la orilla. Al volver a donde estaba Migue, nos animamos a entrar juntos y esta vez por el morro, allí conocí a Grant, un australiano de Queensland que estaba llegando y nunca se había metido allí..nos empezó a preguntar de todo como si fueramos locales. Lo metimos en el combo y nos fuimos hacia el morro. Las olas estaban cada vez mas ruidosas, y podía ver el terror en el rostro de Grant. Esta vez con más confianza, y respaldado por la actitud de Migue, esperamos que pasaran unas 10 olas gigantes y en lo que calmó nos echamos al agua y cruzamos el río en aprox. unos 4.7 segundos, escalamos el morro y subimos las tablas, Grant tardó un par de minutos en lograrlo y luego nos dispusimos a cruzar el morro hasta llegar a la parte superior. Allí esperamos por 4 o 5 minutos a que calmara y llegó Santiago desde atrás gritando "este es el momeeentooo", todos lo seguimos y en unos instantes ya estabamos remando mar adentro y hacia la derecha. Luchando y remando estuvimos como 10 minutos, Santiago tomó una ola, a los 5 minutos le tocó a Grant, desde ese momento no vi mas a Migue, y esperé unos 10 minutos más para agarrar lo que sería la ola de mi vida. Una montaña de agua en movimiento que calculo tendría casi 4 metros, le remé echando el resto, velocidad, y confieso que del miedo primero me arrodillé y luego que sentí estabilidad me puse de pie, empecé a recorrerla de arriba hacia abajo intentando no caerme por la rapidez que coge la tabla, allí agachándome en los cut-backs (giros) y pasando las secciones de agua blanca estuve al menos medio minuto hasta llegar a la orilla. El mar me escupió con fuerza hacia la arena, me senté y estallé en risas nerviosas y de alegría, euforia, y me decía.."buen cuento para los nietos..". Fui a buscar a Migue, me recibió con un abrazo de como si hubiésemos hecho cumbre del Aconcagua, y rápidamente me contó de la ola que agarró y que surfeó hasta la orilla! la sonrisa no le cabía en la cara, alegría indescriptible, muy cerca Grant con Louise (su esposa) celebrando la ola que agarró también, que momento, que día. Estábamos a punto de meternos de nuevo, hasta que de la nada todo se puso gris, frío y empezaron a caer sets de mayor tamaño y más ruidosos, nos vimos a las caras.."mmm una ola va bien, vamonós". El taxi llegó a las 3pm como acordado, y montamos a los aussies, Santiago se quedó comiendo en casa de Diego Medina (big wave surfer, Chileno). En el pueblo, nos despedimos del Nachis y su esposa (Cándida) aunque aún faltaba por pagarle, de los aussies también y nos fuimos a comer pizza. Luego a sacar plata del cajero, no servía, no servía, no servía, solo master.. sin efectivo y teníamos una deuda de mas de 50.000 pesos con el pueblo entero. Al final y media hora antes de que partiera el bus a Santiago, resolvimos darle un billete de 100$ al pana del hotel, y que él le pagara a Nachis y a la pizzera, en fin, todo el mundo se conoce allí y la gente muy cordial. Hasta una próxima vez Pichilemu.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Coooo!! Veeeee!!! Que viaje tan de pinga! Grabare esta verga para algun dia repetir la ruta! Espero me acompanen!!

The Bast

IsaPizza dijo...

WOW!!! que arrecho! demasiado alucinante todo! pendiente de los proximos destinos y esperando nuevas historias! besos, isa!

GabByRo0tS dijo...

Siempre diciendo lo de los nietos jejejejeje Migue admiro que te metieras aunque no sepas surfiar jejeje Duro con esos mazos buenazos!! Waaaahaha!!!!! Daniiiiii tas pro!

Luised dijo...

Mimore Everything that you are doing is really GREAT!!! I am so happy for that... Migue and you look like Angels in the Paradise jeje.. Hopefully you will be here talking about all. Don't forget any moment and enjoy a lot. Take care and kisses.
PD.: Your friend is so cute jejeje.

Anónimo dijo...

Tremenda aventura chicos!!! Así es que se disfruta la vida, cada instante y muy atentos. Dejen que su intuición los guíe... Me gustó eso de " una ola está bien" eso es inteligencia... Saludos